Uno de los puntos claves es el nivel de aislamiento térmico de tu vivienda. De hecho, sino tenemos bien aisladas las ventanas, por ejemplo, además de pasar más frio perderemos energía y mucho dinero por ellas.
Existen trucos fáciles y económicos que pueden ayudarte:
Es el momento de revisar tu caldera y pulgar los radiadores. La presión de tu caldera debe oscilar entre 1,2 y 1,5 bares.
Instala un termostato que te permita controlar la temperatura de toda tu casa y programar el encendido de tu calefacción o el apagado si la vivienda queda vacía. Se recomienda instalarlo en las zonas de mayor movimiento, como el salón o una habitación y programarlo para mantener una temperatura de confort entre 21º y 22 grados c.
Sella bien tus ventanas tapando huecos y ranuras con junta adhesiva.
Para evitar la corriente de aire frio que se cuela por debajo de las puertas, existen los quita-fríos que solucionan esto de forma fácil.
No coloques ropa o muebles delante de los radiadores. Esto impedirá que expandan el calor.
Colocar alfombras aleja el frio del suelo.
¡¡Y a disfrutar también del invierno!! 𝑮𝑩 𝒂𝒍 𝒍𝒂𝒅𝒐 𝒅𝒆 𝒕𝒖 𝒄𝒂𝒔𝒂